Transformando emociones de la adversidad a la fortaleza.
-Ya no seas codependiente.
Por
Sarah Russek, Psicóloga Cognitivo Conductual
¿No logras encontrar
la persona adecuada?
¿Parece que la cosa
no funciona por más que hagas?
¿No te quieren, como
tú les quieres?
Sin
darte cuenta puedes estar viviendo las consecuencias de una forma de
relacionarte llamada CODEPENDENCIA.
En
principio la palabra codependiente se acuñó para describir a las personas que se
descontrolan al asumir la responsabilidad de “salvar” a otra dependiente de una
droga. Pero en los últimos años la
definición se ha ampliado e incluye a todas las personas que se convierten en
víctimas en el proceso de rescatar a cualquier persona compulsiva, adicta, que
les maltrata o que depende excesivamente de ellas (o ellos).
Es
común que la persona no sienta que es “codependiente” y que sólo “tiene
problemas con los hombres” o con “las mujeres”. Es común echarles la culpa a las personas con las que se ha estado, y que a cada una de las parejas se
les vea como un caso aparte. Sin embargo, si miras bien, en realidad es muy
probable que detrás de tus elecciones de pareja haya un patrón.
No es
tan fácil, sin ayuda de un proceso terapéutico, darse cuenta de la pauta detrás
de tus elecciones de pareja. A veces simplemente la persona cree que sólo está
buscando al tipo de pareja capaz de valorar a una mujer (o a un hombre)
generosa(o), atenta(o), amante y servicial.
-Después
de todo, siempre habrá por ahí alguien dispuesto a amar a alguien así, que cree
que la codependencia es una actitud noble, ¿o no?
El
codependiente no se da cuenta de que, a lo que llama “dar y ayudar”, en
realidad es excluirse. Dar a todos salvo a sí mismos es tener una actitud
codependiente.
Si
crees que el problema son los otros,
chécate esto: quizá tú hayas alterado aún más el comportamiento “insensato” de “tus parejas”
al ir “limpiando detrás de ellas”. Pregúntate
si no encuentras en tus acciones un patrón, si no tienes demasiado empeño en
hacer pareja con personas de alguna manera perturbadas. En terapia podrás ver
con más claridad cómo este patrón tiene su origen en la relación primera, la
más importante de todas: con tus padres.
Con ayuda de un proceso terapéutico,
se facilita y se acorta el camino
hacia la interdependencia en las relaciones interpersonales, en donde las dos
personas tienen igual peso dentro de la ecuación del amor.
La
siguiente lista describe comportamientos y sentimientos, te ayudará a saber si
eres codependiente (ya sea de tu pareja
o de alguna otra persona); con el fin de que, si es necesario, busques ayuda.
Revisa si te identificas con las siguientes afirmaciones:
1. Resolverle sus problemas o aliviarle su dolor es lo más importante que hay en
mi vida, por más alto que pueda ser el costo emocional para mí.
2. Que yo me sienta bien depende de la
aprobación de él (o ella).
3. Le protejo de las consecuencias de su
comportamiento. Miento por el (ella), le encubro y jamás dejo que alguien hable
mal de él (o ella).
4. Me esfuerzo muchísimo por lograr que él (ella)
haga las cosas de acuerdo a como yo las entiendo y/o le aconsejo.
5. No presto la menor atención a cómo me
siento yo o a mis necesidades, siempre
están antes las de esa otra persona especial, (o las de otros).
6. Soy capaz de hacer cualquier cosa para que
esa persona no me rechace.
7. Soy capaz de hacer cualquier cosa para que
esa persona no se enoje conmigo.
8. Despierta en mi mucha más pasión una
relación tormentosa y dramática.
9. Soy perfeccionista y me recrimino por todo
lo que sale mal.
10. Durante buena parte del tiempo me siento
enojada(o) o usada(o) – siento que se aprovechan de mi- y no me siento reconocida(o).
11. Finjo que todo va bien aunque no sea así.
12. El esfuerzo por conseguir que esa persona
me valore o me ame domina mi vida.
(Fuente: Susana Forward, 1989).
Si respondes con un sí a alguna de las
frases anteriores puedes empezar a indagar si eres una persona codependiente, y
si respondiste que sí a más de tres, puedes comprobar hasta qué punto eres
verdaderamente codependiente.
Al principio puede asustar saber la
verdad, pero pronto toma un sentido libertador saber qué tienes que trabajar en
tu persona y es esperanzador vislumbrar la posibilidad de salir de tan tortuoso
círculo vicioso. Además, no es necesario caminar en soledad por ese camino, si
buscas la ayuda de un terapeuta capacitado. Con ayuda profesional es muy
probable que tu proceso sea un renacer bastante armonioso. Busca ayuda. Una muy
buena opción, es dar inicio a una Terapia Cognitivo Conductual.
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