lunes, 20 de noviembre de 2017

domingo, 19 de noviembre de 2017

Transformando emociones de la adversidad a la fortaleza.

Terapia de Aceptación y Compromiso:
Un proceso y una práctica del cambio consciente.
Información recopilada por Sarah Russek

Introducción

La Terapia de Aceptación y Compromiso (TAC o ACT en Inglés) es la aplicación clínica más difundida e investigada, de las terapias de tercera generación derivadas de las terapias de segunda generación, más específicamente se evoluciona a partir de la Terapia Cognitivo Conductual y que más bien designa una expansión de la misma, una prolongación natural del campo. En este sentido, la TAC tiene afinidades con terapias existenciales y con la Gestalt, aunque a diferencia de éstas, su desarrollo está vinculado a los resultados de la investigación y está conscientemente ligada a un programa de investigación básica, al igual que la TCC.
A las Terapias de Tercera Generación entre las que se encuentra la TAC se les llama también “terapias contextuales cognitivo-conductuales” (Hayes et al, 2010). Las terapias de Tercera Generación  enfocan el contexto y la función de los eventos psicológicos tales como pensamientos, sensaciones o emociones, en lugar de tomar como blanco el contenido, validez, intensidad o frecuencia de tales eventos. Para ello se utilizan herramientas de TCC (Terapia Cognitivo Conductual) y otros abordajes. De hecho, la primera publicación por Hayes sobre ciertos contenidos de TAC es del 84’ y habla acerca del self y la espiritualidad. Asimismo, no es infrecuente encontrar publicaciones e investigaciones de la TAC que hablen de valores, de sentido, de  conciencia, aceptación, compasión, compromiso, etc.
Hay diferentes propósitos y mecanismos de cambio propuestos (que difieren de la TCC) al utilizar métodos de la TCC: por ejemplo, exposición en TAC se utiliza con el fin de incrementar repertorios conductuales,  es decir ciertas habilidades de enfrentamiento, por ejemplo, en lugar de reducir el miedo. Y se abandonan procedimientos que no han recibido buen soporte experimental, tales como algunos relacionados con la reestructuración cognitiva, y el uso de autoafirmaciones, etc.
 Otra consecuencia en esta línea es que los abordajes  tienen un enfoque completamente ecléctico en lo relativo a las técnicas (no en lo relativo a las teorías): dado que el objetivo es funcional, cualquier intervención que permita alterar el contexto de un contenido interno puede ser utilizada. Así, este modelo toma prestadas, intervenciones gestálticas, humanísticas, existenciales, psicodramáticas, etc, y las readapta de acuerdos a los principios teóricos y empíricos que las sustentan.
Así pues, la terapia de aceptación y compromiso (TAC) (Hayes et al., 1999; Wilson y Luciano, 2002; Hayes y Stroshal, 2004) surge dentro de las terapias de la tercera generación a partir de la TCC, o terapia Cognitivo Conductual, del pasado siglo. Aparece como una alternativa al trabajo psicoterapéutico con pacientes de consultas externas, con problemas graves de índole emocional y donde el terapeuta no tiene un control directo sobre el ambiente donde viven.

Las principales innovaciones de TAC como respecto a los anteriores tratamientos cognitivo-conductuales se exponen a continuación:


Poner un mayor énfasis en la aceptación como estrategia de intervención:
La ACT viene a poner de manifiesto que, junto al cambio, la aceptación puede ser una estrategia y un objetivo de la terapia. se podría decir que la aceptación es un concepto que se refiere a la renuncia a cambiar lo que no se puede cambiar, como podrían ser los propios pensamientos o sentimientos. En este sentido ACT supone reconocer unos ciertos límites a la intervención psicológica, dejando atrás el optimismo,  buscando abrazar la autenticidad y liberar a la persona de la tiranía de la positividad, fortaleciéndole aún más su capacidad de resiliencia. Cabe señalar que cuando un paciente pasa de una situación en que está "enfrentado" a ciertos síntomas a otra en que los acepta se ha producido un importante cambio. TAC emplea la aceptación, entendida como la capacidad humana de experimentar el estar conscientes, en el aquí y el ahora, de las sensaciones, los pensamientos, sentimientos, emociones, recuerdos, imágenes, etc. De la vida interna de la persona. Esta terapia aplicada ha sido capaz de reducir drásticamente los niveles de ansiedad del cliente. El principal objetivo de ACT no es necesariamente modificar los sentimientos, emociones, pensamientos o recuerdos del paciente; sino conseguir que éstos dejen de interferir con los objetivos que la persona tiene en su vida. Lo relevante sería que la persona dirija su vida en la dirección que ella quiere tomar.
Se resalta la importancia que los valores del cliente tienen a la hora de promover una mejoría terapéutica
Se resalta la importancia que los valores del cliente tienen a la hora de promover una mejoría terapéutica (lo que  ha sido validado en ensayos clínicos sobre terapias psicológicas y farmacológicas para la depresión, por ejemplo (Dimidjan et al. ,2006).  La TAC trata de aclarar los valores del paciente y promover el desarrollo de conductas acordes con dichos valores. Aclarar los valores del paciente tiene  mucho que ver con definir la propia identidad de la persona; algo que, por cierto, fortalecea su vez la capacidad de resiliencia de la persona.
Es importante el uso de las paradojas por sus efectos.
TAC es una terapia paradójica para el cliente que quiere quitar el problema (la ansiedad, la tristeza, el miedo, etc.) y se le propone tenerlo. Pero, además, TAC es paradójica también para la propia lógica clínica, que tiene como propio la eliminación de los síntomas. En este sentido, se puede señalar que el terapeuta TAC tendría como uno de sus principales objetivos "despsicologizar" la vida de la persona, restando importancia a la influencia que pueden ejercer los pensamientos, sentimientos, recuerdos y demás sucesos privados. La paradoja llega al máximo si se repara en que en esta tarea de de-psicologización el terapeuta (un psicólogo) utiliza medios psicológicos (metáforas, ejercicios experienciales, manejo de contingencias, etc.). ¿Cómo es que se pueda de-psicologizar a través de la psicología? La propuesta parece en sí misma un contrasentido. ¡Pero funciona! ¡Y funciona bien! Un elemento clave quizá sea que el propio psicólogo tenga una visión realista de la estructura del mundo. En este sentido, el terapeuta TAC debería ser, antes que nada, un experto en las profundidades de la "psique", una persona con un sentido experimentado de la vida práctica e  intrapsíquica, con plenas habilidades cognitivas y metacognitivas. Para reconocer el cómo y el cuándo a de utilizar la estrategia de la paradoja cuando fuera necesario; esto es, hacer uso de lo psicológico de una manera absolutamente pragmática.

Objetivos de TAC

Los principales objetivos de la TAC serían tratar el denominada Evitación Experiencial ( que ocurre cuando una persona no está dispuesta a hacer contacto con sus experiencias privadas (pensamientos, sentimientos, recuerdos, etc.) y se comporta deliberadamente para alterar la forma o la frecuencia de dichos sucesos, es decir de forma enajenada o lejos del sí mismo, las propias necesidades,  los valores propios, o la identidad; fomentar la aceptación y tener en cuenta en todo momento  de la terapia los valores personales del cliente, (sin estos la terapia carecería de sentido), adoptando una perspectiva existencial que en muchas terapias conductuales previas se había negado. Los valores del paciente en TAC son el timón de la intervención.
Así, la terapia pretende un doble objetivo: Por un lado se busca que el paciente llegue a aceptar aquellos aspectos de su experiencia (pensamientos, emociones, recuerdos, etc.) que ha estado intentando modificar sin éxito. Por otro lado, se trata de que tales sucesos privados no paralicen ya la vida de la persona. De esta forma, el propósito de TAC no es conseguir una disminución de los síntomas, sino lograr que éstos dejen de interferir con la vida del cliente (paradójicamente, los síntomas tienden a ceder bajo este esquema).

La terapia se suele estructurar en 6 objetivos o fases:


a)   Creación de un estado de desesperanza creativa
Se trata aquí de que el cliente repare en las estrategias que ha venido utilizando para salir de la situación en la que se encuentra y, cómo, a la postre, han resultado inútiles. Para ello nada mejor que elaborar un "mapa del problema". Este mapa consiste en ir anotando los intentos de solución que el cliente ha puesto en práctica hasta la fecha y los resultados que ha obtenido con tales acciones. Una vez que se cuenta con una amplia lista de "soluciones emprendidas" y que se sabe que ninguna de ellas ha conducido a salir de la situación en que el paciente se encuentra, el terapeuta puede empezar a sugerir que algo raro debe ocurrir. En efecto, las soluciones que los clientes ponen en práctica suelen ser bastante lógicas y están, por lo general, correctamente ejecutadas. Por otro lado a la persona no le falta motivación para solucionar su problema. En este punto se puede sugerir que algo "no cuadra": soluciones lógicas, bien ejecutadas y una buena motivación. y sin embargo el cliente sigue con el mismo problema.

En las sesiones iniciales se debería promover un estado de confusión. Para ello se utiliza un estilo terapéutico sin ninguna instrucción directa, con abundante uso de paradojas y las metáforas que son típicas de esta fase u otras similares.

b) Trabajo en valores
Los valores son el corazón deTAC. La aceptación de los estados psicológicos molestos no tiene ningún sentido si no se hace en el marco de los valores del cliente. Ahora bien, valorar es una acción y no un sentimiento o una emoción. Con ello se quiere decir que, desde TAC, los valores de las personas se muestran en su comportamiento. A su vez, también es relevante que no se confunda la valoración con las razones que uno da para actuar. Cuando uno se comporta en una dirección valiosa lo hace con razones, pero no por razones. Dicho en otros términos, las razones (por poderosas que sean) no justifican nuestro comportamiento, SOLO NUESTROS VALORES NOS DAN  el necesario respaldo para alcanzar un sentido de integridad, identidad y dignidad humana.

c) La solución como problema
Dado que se está sosteniendo que el problema no es la ansiedad, o los nervios, o la tristeza, etc., cabría preguntar ¿cuál es, entonces, el problema? Pues bien, desde el punto de vista de TAC el problema son los intentos por quitarse dichos síntomas, con los que el paciente se ha enredado. Como se ve, se trata de hacer ver al cliente que hay "contenidos cognitivos" (y tanto vale para "contenidos emocionales", etc.) que uno no puede eliminar, o que simplemente se complican al tratar de controlarlos. Existen, a su vez, miles de ejercicios que pueden hacerse con el fin de ilustrar que el control de los sucesos privados no lleva a ningún sitio.  Basta que uno intente llevar un control consciente de estas actividades para que su ejecución se vea perjudicada. Así, pues, si el problema es el control ¿cuál sería la solución? La solución tal vez sea "estar". Por lo que las prácticas de maindfulness y meditación, son integradas con frecuencia. Estar abierto supone hacer un hueco (aceptar, si se quiere) a aquellos sentimientos, emociones, pensamientos, etc. que no nos gusta tener, escucharlos y dejarlos ir o/y, con ellos, dirigirnos hacia nuestros objetivos.

d) Creación de una distancia con respecto al lenguaje
Un punto fundamental de cara al desarrollo de la terapia es conseguir una distancia entre la persona y sus pensamientos. Y generar una consciencia metacognitiva de los mismos. Para ello es frecuente el uso por parte del terapeuta de metáforas y  analogías entre esas diversas situaciones y los problemas que el cliente trae a consulta. Buscando la forma de que el paciente experimente que los pensamientos son solamente pensamientos (palabras) y no lo que dicen ser (hechos) vendría dada por el ejercicio de construir mediante diferentes ejercicios ese andamiaje de la conciencia, hasta construir un segundo piso para ella.
e) Diferenciar el "yo como contexto" del "yo como contenido"
Un punto importante del tratamiento es que la persona llegue a entender que ella no es equivalente a sus conductas, ni sus pensamientos ni sus sentimientos, etc. es decir, que aunque la persona está hecha de conductas, no se puede reducir a éstas. Desde luego, la persona está hecha de conductas; pero no se puede reducir a éstas. Con el fin de que la persona experimente que él no es equivalente a sus conductas también se puede realizar el ejercicio del observador de sí mismo. A pesar de que los sentimientos, pensamientos o roles desempeñados por el cliente han sido muy diversos, el observador ha sido siempre el mismo: él mismo. Se ha de insistir que no se trata de una "creencia" racional, sino de una experiencia. El cliente ha de experimentar, realmente, que a pesar de haber hecho cosas muy distintas ha seguido siempre manteniendo un aspecto que es común a todas estas conductas: el observador.

f) Desarrollo de la voluntad
Este objetivo pretende poner en práctica todo lo anterior. Por lo tanto, la mejor forma de desarrollarlo es que el cliente, en su vida, vaya progresivamente haciendo aquellas cosas que le son valiosas con la sintomatología que anteriormente le paralizaba. Para esto se utilizan más metáforas o analogías, o ejercicios. Lo que la voluntad implica es hacer las cosas y, especialmente, aquellas cosas que traen consecuencias psicológicas desagradables por algo que merece la pena. De ahí la importancia de haber trabajado adecuadamente los valores del cliente. Ya por último, la terapia suele finalizar con una instrucción paradójica y es que, en efecto, todavía no se ha hecho terapia. El terapeuta debiera reconocer, a la hora de finalizar, que la verdadera esencia de la terapia aparecerá ese preciso momento: cuando el cliente se encuentra en el camino de su vida. Es probable que en este camino se den varias recaídas y problemas muy diversos. En cualquier caso, lo realmente importante es que el cliente sea capaz de levantarse cada vez que se cae y de seguir adelante.

Aplicaciones de TAC
TAC ha sido implementada con un amplio número de problemas psicológicos y con adultos y adolescentes que muestran una capacidad verbal normal, dado su carácter de terapia verbal. Sin embargo, la TAC se ha considerado especialmente apropiada para el tratamiento de las dificultades psicológicas donde es posible la evitación emocional (como, por ejemplo, los trastornos por ansiedad), ya que ayuda a los clientes a vivenciar, aceptar y comprometerse con las reacciones emocionales que siempre han evitado y rechazado. Otras problemáticas tratadas con TAC o con sus componentes principales son: abuso de bebidas alcohólicas, duelo complicado, depresión, síntomas psicóticos, y la conducta sexual de alto riesgo en los adolescentes.

Así pues podemos resumir con estas principales características la TAC:
-Aceptar, Elegir, Tomar una acción comprometida.
-Adopta una perspectiva existencial y tiene tres premisas:
- Que la persona se comporte de forma congruente a sus valores
 - El componente verbal es fuente de sufrimiento cuando este se sobre-controla, o es rígido,  o no se maneja metacognitivamente y con maindfulness.
- Tratamiento centrado en los valores del paciente, Lo importante es la experiencia que el paciente lleve a sesión
- La experiencia señala que centrarse en los síntomas es perder la dirección de la vida. El trabajo se orienta a centrarse en las direcciones valiosas lo que incluye generar distanciamiento con los contenidos psicológicos.
- Clarificación de valores, Aceptación de los eventos privados (pensamientos, sentimientos, emociones.) ligado a lo que no puede cambiarse, Fortalecimiento del yo como contexto para poder notar los eventos privados de uno como lo que son.
* Métodos Clínicos
- Desesperanza Creativa (tras el análisis funcional), Metáforas (para tratar de enganchar al cliente con su vida), Ejercicios experienciales
* Aspectos fundamentales a tener en cuenta por el terapeuta
- Valores (Dónde está y dónde quiere estar); Exposición (Desactivación del lenguaje); Fortalecimiento (La experiencia del cliente y su dolor son lo más valioso porque indican la dirección), Desactivación de funciones y distanciamiento (fomentando el yo como contexto de cualquier contenido cognitivo).



CONCLUSIONES


El TAC utiliza la aceptación, entendida como la capacidad humana de experimentar ser consciente, en el aquí y ahora, de sentimientos, pensamientos, sentimientos, emociones, recuerdos, imágenes, etc. Esta capacidad de conocimiento estaría vinculada al compromiso de llevar a cabo acciones coherentes con los valores personales y también estaría vinculada a las estrategias de cambio necesarias para aumentar la flexibilidad psicológica. La flexibilidad psicológica se refiere a la posibilidad de ponerse en contacto con los acontecimientos internos y/o privados que ocurren en el presente, tanto como somos posibles, como seres humanos; mientras que optamos por abandonar o persistir en una acción que implica incomodidad, pero que está al servicio de los Valores que uno identifica como suyos.
El TAC argumenta que la base de los problemas psicológicos es el lenguaje, lo que hace inevitable que en ciertas condiciones surjan pensamientos y sentimientos que pueden ser experimentados como molestos. El hecho de ser verbal, también facilita a las personas a involucrarse en la lucha contra sus propios eventos privados, y persisten en esto a pesar de los resultados a menudo de tales luchas son contraproducentes. A través de metáforas, paradojas y ejercicios experienciales, los pacientes aprenden a ponerse en contacto con pensamientos, sentimientos, recuerdos y sensaciones, previamente temidos y evitados, así como otros que puedan surgir. De esta manera, la gente aprende la capacidad de volver a contextualizar estos eventos privados, aclarar lo que les importa en su vida, lo que es fundamental y radicalmente valoran; y adquieren el compromiso con los cambios necesarios en la acción.
Un supuesto básico en TAC es que el sufrimiento psicológico es causado por "evitación experiencial". Esto se entiende como una amplia gama de comportamientos dirigidos intencionalmente a evitar el contacto con pensamientos, emociones, sentimientos, recuerdos ... que se experimentan como negativos. El individuo está así involucrado en una lucha que resulta en la rigidez psicológica que aleja a la persona de lo que realmente importa más en la vida. Desde TAC se considera que en los problemas psicológicos desempeñan un papel importante la "fusión cognitiva" (estar "fusionada" o enredada en pensamientos, sensaciones...), la tendencia a valorar la experiencia interna como buena o mala, la evitación Experiencial y la tendencia para dar razones o justificaciones del propio comportamiento. La alternativa saludable propuesta por el TAC estaría centrada en la aceptación de las propias reacciones naturales, automáticas e inherentes a la condición humana y al contacto con el momento presente, lo que permitiría elegir libremente una dirección valiosa, con sentido personal y comprometerse  consigo mismo  con  las acciones  y los cambios según esa dirección.
El TAC ha demostrado su eficacia en numerosos estudios de casos y ensayos clínicos aleatorios en una amplia gama de aplicaciones (Ruiz, 2010), que van desde el dolor crónico, la adicción, el tabaquismo, la depresión, la ansiedad, el estrés, la psicosis, El estrés relacionado, incluso el dolor complicado o hacer frente a enfermedades como el cáncer. Además, la TAC está mostrando tamaños de efecto más altos que la terapia cognitivo-conductual al final del tratamiento (Ruiz, 2012). La TAC ya es considerada una terapia basada en la evidencia, en estudios sobre  la ansiedad mixta, la depresión, el TOC, el dolor crónico y la psicosis por la División 12 de la American Psychological Association.

Bibliografía y fuentes relacionadas:
Barnes-Holmes, D., Rodríguez Valverde, M. y Whelan, R. (2005). La teoría de los marcos relacionales y el análisis experimental del lenguaje y la cognición. Revista Latinoamericana de Psicología, 37, 255-275
Hayes, S.C. (2004). Acceptance and Commitment Therapy,  Relational Frame Theory, and the Third Wave of Behavioral and Cognitive Therapies. Behavior Therapy 35, 639–665.
Hayes, S.C., Strosahl, K.D., Wilson, K.G. (2012). Acceptance and Commitment Therapy: The Process and Practice of Mindful Change (Second revised edition). New York: The Guilford Press.
Luciano, C. (2001) (Ed.), Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Libro de casos. Valencia: Promolibro.
Luciano, C., y Hayes, S. C. (2001). Trastorno de Evitación Experiencial. Revista Internacional de Psicología Clínica y de la Salud, 1, 109-157.
Luciano, C., Valdivia, S., Gutiérrez, O., y Páez, M. (2006). Avances desde la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). EduPsykhé. Revista de Psicología y Psicopedagogía, 5(2), 173-201.
Páez, M. y Gutiérrez, O. (2012). Múltiples aplicaciones de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Madrid: Pirámide.
Luciano, C. y Valdivia, S. (2006). La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT). Fundamentos, características y evidencia. Papeles del Psicólogo, 27(2), 79-91
Ruiz, F. J. (2010). A review of Acceptance and Commitment Therapy (ACT) empirical evidence: Correlational, experimental psychopathology, component and outcome studies. International Journal of Psychology and Psychological Therapy, 10, 125-162.
http://www.psicologia-online.com/psicologia_clinica/nuevas_terapias_psicologicas/terapias-de-tercera-generacion.html
http://www.psicologia-online.com/psicologia_clinica/nuevas_terapias_psicologicas/procedimientos-de-de-fusion.html

https://www.psyciencia.com/2013/03/que-demonios-son-las-terapias-de-tercera-ola-segunda-parte