Transformando emociones de la adversidad a la fortaleza.
El uso de metáforas en la Terapia Cognitivo Conductual, por Sarah Russek, psicóloga y terapeuta cognitivo conductual
Las emociones (y por consiguiente las conductas) son
consecuencia directa de lo que la persona
piensa sobre su situación, es decir, están fabricadas por la forma en
que interpreta el individuo las cosas que pasan. La Terapia Cognitivo Conductual, subraya este
hecho y asegura que no es la situación del individuo lo que provoca su malestar
emocional.
La TCC retoma así, a
los sabios de antaño, entre ellos a Epícteto, quien enseñó que “no son las cosas que pasan
las que nos hacen sufrir sino lo que nos decimos de ellas” (1). Esta
afirmación, más que una aproximación, es un
marco para la solución de los malestares emocionales (y trastornos del
estado de ánimo así como de la conducta); marco que hoy en día está confirmado
como acertado por múltiples estudios científicos que respaldan la Terapia
Cognitivo Conductual, estudios que han demostrado empíricamente que la TCC es un terapia altamente efectiva.
Dada esa premisa dentro de la corriente Cognitivo-Conductual,
las terapias como por ejemplo, la
Terapia Racional Emotiva de Albert Ellis(2), y la Terapia Cognitiva de Aaron T.
Beck(3), se centran en la Reestructuración
del Pensamiento para lograr que el individuo tenga una visión más clara de
sus propios procesos cognitivos y por lo tanto del mundo que le rodea.
Así, dentro de lo que son las técnicas cognitivas de la
Terapia Cognitivo Conductual, se encuentran las técnicas enfocadas al proceso
de la reestructuración cognitiva.
Estas técnicas pretenden ayudar a los pacientes a modificar el pensamiento y
las interpretaciones que realizan de los
sucesos, que pudieran estar provocando malestar emocional y/o conductas o
hábitos inapropiados, con consecuencias desagradables o poco saludables.
He encontrado como terapeuta cognitivo conductual, que al crear y usar metáforas junto con el paciente durante la reestructuración cognitiva, se permite por
así decir, separar a la persona de “su
problema”, lo que le permite hacer un trabajo metacognitivo (4) en el que el
paciente explora junto con el terapeuta lo que parece “su problema” o “motivo
de consulta”, para poder identificar en
el proceso, la influencia y el impacto de sus propios procesos de pensamiento (por
ejemplo, creencias irracionales,
esquemas disfuncionales, distorsiones
cognitivas, pensamientos automáticos, etc.) y lograr concientizar la influencia de estos
procesos sobre sus percepciones e interpretaciones de la realidad, así como
sobre sus estado emocionales y/o fisiológicos.
Al intercalar el uso de las metáforas con otras técnicas
cognitivo conductuales, se van conectando nuevos significados posibles,
permitiendo la exploración de múltiples recursos internos alternos, ahora al
alcance del paciente, que le permitan hacer los cambios pertinentes a
consciencia y experimentar gradualmente una mayor salud y bienestar.
El uso de metáforas es una técnica sumamente enriquecedora
durante el proceso de la reestructuración cognitiva. No sólo es un una técnica
que puede ser usada en la Terapia Cognitivo Conductual, sino que también es
usada en otras terapias, por ejemplo es
de amplio uso en las terapias constructivistas, entre ellas la Terapia
Narrativa (5).
He encontrado que el uso de metáforas, entre otras múltiples
técnicas de TCC, es sumamente certero durante el proceso terapéutico cuando se
busca ayudar a la persona o paciente a que flexibilice la adscripción de
significados y encuentre él o ella misma interpretaciones más funcionales y
adaptativas a su medio ambiente tanto interno como externo.
Además, el uso de metáforas en el proceso terapéutico
permite que la persona se vea a sí misma como un ser separado de “su problema”
y no como “el problema en sí mismo”. Lo que le permite y facilita al paciente tener
acceso a sus muchas habilidades,
competencias, convicciones, valores, compromisos y capacidades; las cuales
desde luego le asistirán en eliminar o en reducir la influencia del “problema”
y solucionar el “motivo de consulta” en
sus vidas.
El uso de metáforas
en la terapia, logra un acercamiento respetuoso, no culposo, que
favorece un proceso metacognitivo y psicoeducativo, en el que el paciente es
parte activa de la generación de conocimientos
alternativos; ya que está “separado” gracias al uso de las metáforas del
“peso del problema” por lo que puede mirar y aprender sobre sus propios
procesos cognitivos con mayor facilidad y desapego; lo que le lleva a ver
enriquecida su experiencia interna, su
forma de interpretar y vivir en el mundo, así como su persona en general.
¿Un ejemplo?
Como especialista en el tratamiento de los Trastornos por
Ansiedad, con frecuencia les digo a mis pacientes, una vez que llega el momento
de hacerlo consciente, que ese Monstruo de la Ansiedad que les acosa, en
realidad es un poderoso tutor. Que detrás de esa emoción tan desagradable, en
realidad se ocultó todo este tiempo hasta ahora, un amoroso, aunque
disciplinado: sabio Maestro Interior.
(1)
Epicteto (en griego: Επίκτητος [Epíktētos];
Hierápolis, 1 55 – Nicópolis, 135) fue un filósofo griego, de la escuela
estoica. / Epicteto (1993). Disertaciones por Arriano. Editorial Gredos.
Madrid.
(2)
Terapia Racional Emotiva , 2006 /Editorial Pax
México, por Albert Ellis
(3) Cognitive Behavior Therapy, Second
Edition: Basics and Beyond, 2011 /The
Guilford Press, by Judith S. Beck and Aaron T. Beck
(4)
Ensenar A Aprender: Introducción a la
Metacognición 2012 / Editorial Mensajero, por JAVIER BURON
(5)
Terapia Narrativa: Una Introducción para Profesionales,
2002 / Paidós, por Martin Payne