martes, 6 de julio de 2010

Analogía del Espíritu



Analogía del Espíritu

Por Sarah Russek

La intención, es posible leerla en el libro de texto que ha hecho, de mi vida, Su Vida.
En Su escrito, se develan tras los hechos, las palabras que conforman Su propósito. 
A lo largo de la narrativa, que hace de mí... Con suerte un arquetipo de Sí.
Un reflejo fugaz, ese lugar en el Espejo, en donde es posible ver en tan sólo un fragmento, la imagen entera, toda la Verdad.
 Allí en cada aspecto en el que se posa la mirada, mi mirada, Su mirada.
Le he dado la vuelta, para no perderle de vista. 
He aquí el drama de mi vida: sólo logro un aspecto de mí, y necesariamente se oculta el Otro.
Fortuitamente puede perderse la esencia de quien mira y la Mirada en el Espejo.
Se confunden las partes con el Todo, embrollándose las verdaderas similitudes con las auténticas diferencias.
Un ave nunca será sus alas, ni las alas serán el ave, pero sin ellas, le es imposible volar y sin duda deja de ser, por lo tanto, ave. 
Al confundir las partes con el Todo, no hay imagen, no hay ave, no hay reflejo.
El designio de este escrito en el que narra mi vida, es comprender la Integridad que me conforma y a la que concierno.
Conocer la relación entre los segmentos y el Uno indiviso. 
Entre las alas y el cuerpo, entre el fragmento y el resto de la imagen en el espejo, entre Quien se mira y, con suerte, Su Analogía.