domingo, 11 de octubre de 2015

Camino a la luz. Más allá de la mente dual, de las distorsiones cognitivas: una salida espiritual del laberinto.

Transformando emociones de la adversidad a la fortaleza.

Camino a la luz. Más allá de la mente dual, de las distorsiones cognitivas: una salida espiritual del laberinto.

Por Sarah Russek


Los seres humanos somos seres de origen divino. Partículas cósmicas conforman nuestra materia o forma, y el espíritu más elevado habita  intrínseco en nosotros.  Somos  capaces de sentir amor y de ejercer libertad de elección. Por sus alcances, el alma humana es aún más elevada que los ángeles más excelsos. Y su capacidad de amor es más grande que cualquier ser que haya existido. Pues literalmente podemos abarcarlo todo… todos los mundos y todas las dimensiones. Somos creadores, constructores de realidades, de futuros, de presentes, de universos infinitos.

Sin embargo, nuestro desplazamiento en el tiempo y en las dimensiones, al ejercer la libertad de elección, y el tener al alcance  todos los paraísos,  nos hace vulnerables a errores, a desvíos, a caídas; a veces, incluso somos capaces de desviarnos de nuestro más íntimo ser o esencia. Cuando el ser humano  liga su voluntad a la ilusión de los opuestos, y dimensiona  la oscuridad, en lugar de reconocer su origen de Luz en el amor, no sólo no se construye, se  destruye.  Y destruye mundos con él.

La oscuridad no es falta de Luz, pues no hay un solo rincón del universo, de los mundos, y de las dimensiones, ni de los espacios ni de los tiempos, que no esté lleno de Él. De su Luz.

La oscuridad en el origen, era sólo un vacío creado en función de dar al ser humano la posibilidad de ejercer libertad y voluntad. Es una función cuyo propósito es finito. Pero este espacio vacío, se convierte en una ilusión de falta, de carencia, sólo cuando es recreado por la mente dual, del ser humano.

El problema es cuando la mente humana entra en un estado de juicio severo, de crítica, cuando busca imperfectos, cuando practica peyorativos. Cuando entra en una función dual del pensamiento. Cuando distorsiona. Cuando cree que carece… cuando sufre, cuando se duele. Entonces crea sufrimiento.

Sin embargo, cuando el ser humano ejerce su voluntad y libertad, para reconocerse a sí mismo más allá de la dualidad de la mente. Cuando sondea su ser, y se reconoce o identifica con la conciencia ligada al alma. Y reconoce la unicidad de su esencia en  el Todo. Entonces  alcanza el estatus de Creador, pues se habrá creado a voluntad a sí mismo, y estará completo.

Entonces, las decisiones a las que ligará su  voluntad serán en términos de colores y no en términos  de blanco y negro…

¿Es posible alcanzar ese estado en este mundo? Sí. Le  llaman a veces iluminación, mesías interior. Es un estado de plena consciencia. Es entrar en contacto con tu ser superior, original y ligar tu mente, corazón y voluntad a Él. La iluminación está más allá de la mente dual, en la Unidad y Unicidad del Todo.

El ser humano no nace como un ser terminado. Nace con el potencial de alcanzar los cielos y las estrellas, de construirse a sí mismo, a consciencia, y reconocerse como un ser de Luz. También tiene  la no-capacidad de confundirse y destruirse, cuando se aleja de su esencia infinita, toda vez que confunde la Luz con la obscuridad. El amor con el miedo.

Camino a la luz.

Recordar que no hay oscuridad,  es una ilusión. Sólo hay Luz.

Camino a la luz.

En el mundo o nivel en el que habitamos, las realidades para la mente, a veces no son tan claras,  para nada las cuestiones son en blanco y negro. Erróneamente la mente humana, mientras está funcionando dentro de un patrón de separación y aislamiento, en una función de interpretación dual, o dicotómica,  ve al mundo escindido, generando dolor y sufrimiento.

 Eso no significa que no existe "el bien y el mal". Estas  "polaridades" son una consecuencia de las decisiones tomadas al nivel de una mente que sufre o que se duele, que carece. Dentro de la ilusión, o del engaño. En realidad solo hay bien, sólo hay Luz. Se está completo. Se es.

En la realidad, si acaso, encuentras claroscuros, y hay múltiples tonalidades de una combinación casi infinita de colores. Esa es la realidad: solo hay Luz.

Entonces el reto es recordar que la mente es sólo un instrumento, que yo soy la consciencia detrás de  su uso. Que yo, la consciencia, decido, que estoy por arriba del nivel de la mente. Y que sé que mi estado original es regresar en el ahora,  a una función de unidad, de realidad espiritual, en donde todo es Uno. Y para ello sólo hace falta reconocerlo…

Hoy por hoy,  ir separando, ir depurando, ir diferenciando, dentro y fuera del ser, es deseable, más no la puerta más directa a nuestro nivel superior, o fuente de mayor Luz interior. Toma demasiado tiempo. Nos permite sublimar, sí, el dolor y el sufrimiento.

Pero si quieres salir de éstos,  sólo recuerda: en realidad, en el ahora, Somos Uno. Y ese Uno es bueno. Todo, absolutamente todo, es para bien. Todo es Luz. Sólo permite, y se uno con el Todo y todo con el Uno.

Y si estás aún en el camino. Si amas el devenir de los senderos, y disfrutas los paisajes verdes, así como las cenegas. Para no quedar atrapado una y otra vez dentro del espejismo de la mente dual, recuerda que este mundo físico, es un mundo de procesos, no de funciones terminadas. Y que la mente es sólo un instrumento a tu servicio, que tú no eres ella. Que el ser humano es perfectible, más no es perfecto. Reconocer estas tres cosas te libera.  Esto no puede entenderse desde la mente. Sólo se vive desde la conciencia. La mente dual esa sabiduría  no la tolera, se retuerce, se enfrasca, se muerde la cola, se enreda.

No sufras. Salte de vivir dentro del nivel de la mente, si la habitas, la mente  se convierte en una caja de laberintos, en el mejor de los casos, es sólo un instrumento: está limitada.  Si la mente es el instrumento tu eres tú, eres el concertista.

No eres tus pensamientos, ni tus sentimientos, ni tus deseos, ni tus sensaciones, ni tus percepciones, ni demás. Ni siquiera eres la suma de todos ellos. No eres la mente. Eres la consciencia ligada al alma, quien es capaz de dar guía y uso al instrumento. Tú eres el Uno que está por encima de la mente dual. La abarcas y la afinas. La entrenas, la usas.

Recuerda, no somos perfectos, en este mundo no hay nada que lo sea. Hay belleza dentro de la imperfección. Reconocer esto, puede ser tu primer paso. Ser perfectibles, nos hace seres perfectos. Lo que nos permite trincarnos a la Luz, ver la Realidad, Amar, Crear y dejar de ver en espejo… por decisión propia.

 

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